El drama de Pilar en un hospital de Madrid: la ingresan para que done sus rganos y le reclaman 8.000 euros

Pidieron que no la llevaran a un hospital pblico porque no le corresponda, pero lo hicieron de todas formas. All la mantuvieron tres das ingresada slo para que donase los rganos, y luego le pasaron una factura de miles de euros por la estancia. El 5 de enero de 2022, sin que nada hiciera preverlo porque se encontraba perfectamente, a Pilar M. le dio un ictus en su casa, cerca del Paseo de la Habana. Cuando su hermana fue a su casa a verla, la encontr sin conocimiento y el portero del edificio llam al 112. Poco despus, llegaron tambin una de las sobrinas de Pilar y una ambulancia del Summa.

Pilar haba sido inspectora de Hacienda hasta que se jubil y, como tantos de sus compaeros, perteneca a Muface y no a la Seguridad Social. La familia le advirti esto varias veces al personal del Summa cuando les anunci que la iban a trasladar al hospital de La Princesa, que depende de la Seguridad Social. En cambio, sugirieron que la llevaran a San Rafael, que estaba al lado de su casa. No pasa nada, les insisti otras tantas veces la sanitaria, la vamos a trasladar a La Princesa. Desde la Consejera de Sanidad precisan que ese da estaba de guardia para atender ictus, de la media decena de hospitales preparados para ello en Madrid, ese centro.

La sobrina lleg a La Princesa poco ms tarde que la ambulancia, y se encontr con que ya la estaban esperando: Tenemos que hablar con usted y otro familiar ms, pero tienen que ser al menos dos, le dijeron. As que acudi otra sobrina de Pilar al centro mdico, y entonces les contaron que no haba salvacin posible para su ta, porque el ictus fue demasiado grave. No hay nada que hacer, pero es una candidata ideal para una donacin de rganos, dijeron.

A continuacin les explicaron que para que fuera posible la donacin, la paciente tena que entrar en estado de muerte cerebral, porque de lo contrario no es legal la extraccin de rganos. Calculamos que la muerte cerebral se producir en unas 48 horas como mucho, afirmaron.

Despus de deliberar y de consultar con la hermana de Pilar, que era su familiar ms allegado, decidieron donar los rganos. Se reunieron con personal de donacin de rganos, que se mostraron muy agradecidos y les dieron un telfono para contactar en cualquier momento, pero no les informaron de lo que pasara despus.

Las siguientes 48 horas transcurrieron esperando a ver si se produca esa muerte cerebral, pero no ocurri. Los doctores optaron por avisar a la familia y decirle que como no se haba producido ya, Pilar no podra ser donante. La nica alternativa era desconectar los aparatos que la mantenan con un hilo de vida, y as lo hicieron. Pilar falleci a las pocas horas.

Al dolor de la inesperada muerte se sumaron los tres das de espera en el hospital para ver si donaba los rganos, sabiendo que no haba curacin posible. Pero lo ms sorprendente estaba por llegar: un mes despus, en febrero, lleg una carta a casa de Pilar de parte del hospital La Princesa: era la factura por la estancia.

Le reclamaban ms de 8.000 euros. La factura vena acompaada de una carta firmada por el jefe de la unidad de facturacin del hospital, Licinio Medina, dirigida a la propia fallecida. En ella se explica que el Servicio Madrileo de Salud no se hace cargo de los gastos del ingreso, y que debe ser la paciente (fallecida) quien lo haga.

La familia recibi esto con una mezcla de incredulidad e indignacin, y dice que es inmoral reclamar por una estancia que se alarg nicamente porque se accedi a donar los rganos, y no porque se le fuese a salvar la vida a la paciente. Si no hubiramos accedido a la donacin, habra fallecido el mismo da que ingres, aseguran.

Han pasado dos aos y la familia sigue recibiendo cartas desde La Princesa, que ahora est reclamando el dinero a los herederos de Pilar. Y no entienden por qu el hospital factura por algo que ha hecho por decisin propia y, en todo caso, si es que tiene que hacerlo, por qu no reclama directamente a Muface.

En Muface, mientras, han contestado a la familia que la reclamacin debe hacerse a Asisa, que es la aseguradora con la que Pilar tena la cobertura.

Por su parte, fuentes de la Consejera de Sanidad de la Comunidad explican a GRAN MADRID que este caso ha sido fruto de un malentendido por un error en las comunicaciones con las cartas. Asimismo, defienden que la atencin sanitaria de esta paciente se realiz correctamente desde el punto de vista mdico, segn protocolo establecido, y el procedimiento administrativo realizado fue el general. No obstante, ante las circunstancias especiales del caso, desconocidas en ese momento por el departamento de contabilidad, el expediente administrativo est siendo objeto de revisin.

Un fallo cuyo origen sitan desde la Consejera en el departamento de contabilidad del centro, que actu en este caso, siempre segn el protocolo establecido con los pacientes cuya cobertura sanitaria est asumida por una aseguradora diferente al Servicio Madrileo de Salud. Las mismas fuentes explican que por la Ley de Proteccin de Datos, el departamento de contabilidad desconoca las causas de ingreso en UCI de la paciente (donacin de rganos) por lo que emiti el pago sin tener conocimiento del motivo por el que Pilar fue ingresada.

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